Coroneta

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Una coroneta cortada per la mitá
COMO VEYÉ LOS ESCRITOS
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sábado, 1 de enero de 2011

M'acordo

Calle San Juan.
(Del libro Memorial de Luz. Autor: Xavier Bayle)


M’acordo…. que pa las tardes del verano, p’allá cuan el sol baixaba un poqué, s’achuntaban en la’squina de casa Belló, a’lau de la pllaceta Marro y la calle San Juan, un corro mullés.  La metá enta la calle y la otra metá enta la pllaceta. D’ixa manera les correba una brenqueta d’aire.  Las de más virtú, se estaban enta la calle y las otras enta entro, que les rompese un poqué ixe aire, y no les dase tan espllateras.

M’acordo…. que todas feban alguna cosa: unas filaban, otras ganchillo, otras calceta, otras cusiban (pero no m’en acordo pas que cusisen los malacatóns de los calcetíns, ixo se dixaba pa felo en casa).  Tamé ñabeba qui feba encajes de bolillos. ¡ Feban unas puntillas que tiraban p’atrás!. ¡Y veyeles los dedos ....! ¡Como los moveban! ¡Ni los podebas seguí con los ojos!. Como me gustaba miralas y sentí aquel cic, clic, clic,  que feban los bolillos chocán al cruzalos. Tan zagalé qu’era y ya me quedaba encantau.

M’acordo.... q’estaba la Siña Vicenta casa Cortinas, que mos diba:

—Venga zagals y zagalas — (que ñabeba güena recua en aquella redolada) — sentatos que tos voy a contá un cuento

Y ya mos veis a toz corrén pa cogé el milló sitio a’lau d’ella. Lo esbolotaus qu’eran toz y cuan mos diba ixo, no se sentiba una mosca. Mos achocaban y allí en el suelo, fen corro, mos sentaban.

Mientras iba contanmos las cosas que les pasaba, pues a:

            Manolé de casa tal, cuan iba a soltá las güellas pa paixentá per las Valetas....

Otro día era:

            Joseré cuan iba a llená el sillón de aigua fresca a Mazas....

Y güeno, to aquello que mos querese contá.

M’acordo.... que los contaba tan ben, que mos teniba allí quietos sin movemos. A más, a más, querén nusatros que no s’acabase mai. Si te mirabas la cara de toz, veyebas:

            Unos, no sacaban los ojos de la Siña Vicenta.
            Otros, su mirada estaba perdida en ixe mundo de sueños al que mos llevaba.
            Tamé ñabeba qui se meteba el dedo per la nariz habé que trobaba.
Y ñabeba otros, que cuan la historia era un poqué de miedo u de “suspense”, se retorceban las manos y feban muecas con los morros, como si to aquello estase pasanle a él.

Pero esto de queré contamos cuentos no pasaba muy a menudo.... A veces mos acercaban unos cuantos y le diban:

            —Siña Vicenta, cóntemos un cuento.

Y ella mos contestaba:

            —Hoy no ñai cuento— Y mos esfurriaba— Venga a chugá per astí.

Y nusatros, ya lo creigo que mon iban a chugá. ¡Era lo que milló sabeban fe!

M’acordo....que teniban tres sitios en que estaban más a menudo:

Casa Marro con la calle San Juan y la pllaceta cuan la estaban pavimentan
            Uno, la calle San Juan. Aquí, chugaban a las carpetas, a la “una anda la mula” a la pilota-mano contra la paré casa‘l Barón. Tamé chugaban con las zagalas (poqué; pero alguna vez lo feban). Con ellas chugaban al cuadro l’avión, a la comba. ¡Hay chiquez, a la comba!. ¡Como s'en reiban de nusatros!. Lo patosos qu’eran. Y ellas lo mismo entraban pe’l drecho como pe’l revés, lo mismo brincaban dos como tres a la vez. Se cogeban las faldetas con la mano, pa’ntrá y pa salí, que no se les llevantasen con la cuerda.

El trinquete
            El segundo era el trinquete, pa los grans, la Iglesia Pilatos; pero pa nusatros siempre va sé el trinquete. Ixe sitio era el favorito pa los zagals. Mos sentiban menos vigilaus, y podeban fe cosas sin que mos gritasen. Pero, gritamos... ¡Ya lo creigo que mos gritaban si s'enteraban de que iban allí!. Como no mos iban a gritá con aquellas parés llenas de chesencos a medio caé. Aquellos dos arcos que cruzaban d’un lau al otro, all’alto casi en el cielo, en un equilibrio que se podeba cruixí en el momento menos pensau, aquel forau que daba al güerto los flares y que ñabeba que brincá enta un suelo fen baixada... ¡Y los barrotes de fierro que ñabeba enta una de las esquinas a modo de escalera!. Una escalera que subiba ent’alto y no iba a pará a ningun sitio. Yo penso que aquí va tení que treballá de valiente “el Angel de la Guarda”, ixe que dicen, que toz los crios tienen; perque nunca, que yo m’acorde, va pasá nada; aparte bella nafradura.

            Y el tercero eran las eras altas. Aquí mon iban a espadiá, a chugá a vaqueros. Güeno, acostumbraba a sé el “campo de batalla”. Pero ojo, no siempre estaban en guerra. Tamé chugaban a la pilota en la era el Gallo. Y ya podeban rezá pa cuan brincaba enta’l camino el cementerio, no cogese el camino de Mazas, pe’l lau la era el Alfarero.... perque pa cogela, ¡te gibo!, como ñabeba que corré p’alcanzala.

            Otra cosa que ñai que nombrala aparte, perque se feba lo mismo en las eras, como en la calle San Juan, como en la Morera, u en cualquier sitio, e: fe roda la rueda u el aro. Ñabeba los que teniban una rueda ben güena (muy poquez), que era ben feita de redondillo soldau, ben chulo, y pa llevala un gancho que tamé estaba feito ben aparente. Ixos lo teniban u ben perque sus pares eran muy mañosos u perque tenisen influencia con bel ferrero. Y después estaban los que llevaban un aro qu’era de la parte d’abaixo de bel cocio de zinc viejo y foradau que mos habrían encontrau per la Morera u en alguna casa que lo tenisen pa tirá. El gancho pa felo rodá era, casi siempre, un alambre, a veces doblle y retorciu pa dale más fuerza; ¡pero chiquez!,... los que usaban este aparato penaban más qu'el siño Filsibetas con el burro. Entonces teniban que femos muy, muy amigos, de los que teniban la rueda güena pa que mos la dixasen bel raté. (Y es que ñabeba amigos y muy, muy amigos).

Y ya p’acaba he de di, que estos son solo algunos de los chuegos de aquellos tiempos y que la llista de toz sería tan llarga.... que güeno, ¿pa que seguí?. Solo di que la capacidá de fe un chuego de cualquier cosa era muy gran. El no tenilo pas to feito, como más u menos pasa hoy, mos feba esmolá el ingenio.


                                                                                              Francho Chardiz

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