Coroneta

Coroneta
Una coroneta cortada per la mitá
COMO VEYÉ LOS ESCRITOS
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miércoles, 4 de mayo de 2011

Zagals y zagalas


Callizo Valeriano de esta historia
como lo llamaban nusatros entonces;
pero era travesia Palomera el
nombre oficial.
Esta foto é poco más u menos como
estaba en aquellos tiempos
Cuan mos iban fen un poquerrín más grans, empezaban a chugá a menudo con las zagalas. Ñabeba días que paeceba que mos buscasen los unos a los otros pa'ncontrá algún chuego y felo chuntos. Pero ojo, no era perque empezasen a moceá. Eran aún chicoz, en to caso sería “zagaliá”.

Pa cuan las tardes ya eran más curtas y se feba de noche pronto, mos achuntaban una cuadrilleta no muy gran de zagals y zagalas.

            —¿A qué chugán hoy?—Preguntaba alguno.
            —Au que chugarén a nego—Contestaba otro u otra.

Paeceba qu'a nego mos gustaba prou a toz. Era de noche, antes de i a cená y se feba per cerqueta de las casas nuestras, sin ímone muy lejos.

Cuan la colla era, así chicota, paraban solo dos y los otros s’amagaban. A los qu’iban cogén los llevaban unas veces al callizo Valeriano (nombre “oficial”, Travesía Palomera), pegaus a la puerta trasera de Casa Marro de la Calle Mayó, la que d’al jardín, y otros días a la pllaceta Alfaro, seguntes mos dase. No se per qué, estos dos sitios eran los que más se feban serví; pero podeba sé cualquier otro llugá. Quizá estos dos eran facils de vigilá a los cogius. Se meteba uno de los que paraban a “guardá” y el otro a rebuscá per los patios.

Pa cogé, ñabeba que tocamos. No serviba solo vemos:

El mismo callizo hoy
            —¡¡Cogiu!!—Gritaba el que paraba.

To mansos (u mansas), se llevaban al sitio que habeban decidiu fuese pa pará. Los qu'estaban amagaus teniban que intentá salvá a los cogius. Claro, sin que el que ñabeba vigilán los tocasen avans.

P’amagamos, casi siempre s’eslegiban los patios que estaban ben oscuros. Pero ...., una cosa teniban ben en cuenta. ¡Que no ñabese cocho!. Ixo si que mo lo miraban avans d’entrá en uno; tanto los que s’amagaban, como los que paraban. ¡Ni se mos ocurriba entrá en una casa con cocho!.

Cuan buscaban y encontraban una llorigada en bel patio...., ¡Como entre ixos ñabese dos u tres zagalas, feban unas escandaleras con chillos y gritos......!. Enseguida s’encendeba la luz asomanse los amos de la casa:

            —¿Quí'stá per astí?—Preguntaban

Y nusatros a corré pa’scapá.

Pllaza Mayó fará bellos 60 años. Aquí chugaban a la barrera.
Este era el “nego chicó”, per llamalo d’alguna forma. Perque estaba “la barrera”. Este chuego era igual en casi to que nego. Pero aquí mos achuntaban deseguida 20 u 30 críos. Las zagalas ya no participaban....., que yo m’acorde. Era un poco más bruto. Paraban muchos, d’acuerdo con los que chugaban. P’amagase podeba sé to’l pueblo. El sitio on se llevaban a los que se cogeba, casi siempre era la Pllaza Mayó.

Otra diferencia era qu’al primero en cogelo s’agarraba a una reixa de bella ventana de la pllaza, u tamé bel picaporte. Los otros que se iban trobán se daban la mano con los que ya'staban cogius, fen una fila que no paraba pas de crecé. (Per ixo se llamaba barrera).

Pa salvala era más fácil. Vigilá to las calles, sen la pllaza tan gran, era complicau. Tamé, la barrera cuan era llarga, sin soltase la mano, se moveba enta un lau u enta otro como una culebra y así feban más fácil qu'uno de los “no cogius”, salise corren y los salvase a toz. (A más, a más, era obligau intentalo). Tocan-ne a uno de la barrera, ya toz estaban salvaus.

Cuan pasaba esto, to’l mundo saliba pitán a torná a’magase. Si era al principio cuan ñabeba poquez en la barrera, los que paraban aun se conformaban. Pero como fuese cuan solo faltaban unos poquez pa cogé y los salvaban, se cabreaban y no quereban torná a comenzá. Total: fin del chuego.

He de di que tanto en nego como en la barrera, los que paraban s’escogeban per sorteo, fen serví alguna de las muchas formas que los críos teniban pa ixo.
Llatonero de la era de Casa'l Pastó en invierno.
Era fácil de suviye perque teniba la cruz fondeta y los llatons eran muy gordos.

Otro momento que mos achuntaban con las zagalas, pero ahora las pobretas pa sufrimos, era cuan llegaba el tiempo de los llatóns. ¡Paeceba que no tenisen otro entretenimiento que pegales piñolazos!. Mos llenaban las pochas, cogeban el cañuto y a’ncorré zagalas....

            —¡Jolines con los dichosos llatóns!—Diban ellas.

Y teniban to la razón del mundo.

M’acordo qu’una vez le van da un piñolazo en un ojo, a’lau del lagrimal, a una zagala. Mos van espantá mucho. Van llegá a pensá qu’iba a perdé el ojo y to. Mullés que ñabeba per allí van vení corrén al sentila pllorá. La van ayudá, no se que le van fe; pero al final no va pasá nada. Ixas mullés mos van gritá mucho. Desde aquel día, yo no va torná pas a tirá mai a ninguna zagala.

En to’l pueblo ñabeba muchos llatoneros. El de la era’l Pastó, all’alto en la cruceta,  los feba ben gordos y amás fácil de subi-ye. Tamé iban mucho a unos llatoneros que ñabeba en el Regalé, en la carretera Fonz. Mos llenaban las pochas y enta’l Portal.

            —Dame llatóns—Mos pediban algunos.
            —La rabosa’n caga montóns—S’acostumbraba a contestá.

Casi toz teniban dos cañutos. Uno llargo y finé, pa podé tirá ben lejos el piñol. L’habeban buscau de bella caña recta y con dos tanos ben separaus pa que salise el cañuto ben llargo. Después en teniban otro curté, p’amagá dentro de la mano y podé tirá el piñolazo y que ninguna sabese qui habeba siu.

Esta foto de una cuadrilla de chovenastros, la voy a meté aqui perque "ilustra" ben
en don van pasá las cosas que conto con la Guardia Civil.
É el trozo de carretera que iba desde la Cruz del Parque hasta el corral de Quico
 y se vei muy ben el llatonero en don estaban subius.
Si tos fijaz verez lo alta que queda la cruz.


Ñay una historia ben curiosa que mos va pasá una noche, no m’acordo si antes u después de cená.

Mon van i a cogene en un llatonero alto y prou gran, que ñabeba en la carretera, poco más u menos per don está hoy la gasolinera. Iban 4 u 5 zagals. Cuan estaban alto del árbol toz,van sentí:

            —Vosotros, bajar inmediatamente.
            —¡La Guardia Civil!—Dice uno.

Yo va baixá tan aprisa como si m’habesen metiu un codete pel culo. Me va tirá de la cruz del árbol al suelo d’un brinco. Que “por cierto”, estaba prou alto.

Pero resulta, que ya'staban toz en fila deban del Guardia. Yo va sé el último en llegá.

            —Pero....., ¿Per don han baixau estos.....?—M’acordo que va pensá. (Se vei que si a yo m’habeban metiu un codete a ellos les n’habeban metiu dos).

Entonces mos dice:

            —Vamos a ver, ¿Quién ha sido?.
—Yo—Contesta uno con la cabeza to cacha y la voz que no la sentiba ni el
cuello la camisa.
—¿¿Por qué??—Le dice gritán
—Se m’ha’scapau—Responde aún más acoquinau.
—Que no os vuelva a oir nunca más una cosa así. ¡Vamos andando!.

Nusatros van empezá a marchá cara’l corral de Quico.

            —No, hacia abajo—Mos va frená el Guardia.
La Cruz del Parque en aquellos tiempos. Hoy ya no'stá

Dan media güelta a’scape y van ent’abixo, pero al llegá a la Cruz del Parque, resulta que estaba el otro Guardia de la pareja y mos torna a pará.

            —¿Quién lo ha dicho?—Pregunta.
            —Yo—Contesta el mismo zagal.
—¡Como os vuelva a oír una cosa así, os pongo un paquete que os acordáis para toda la vida!. ¡Venga andando!—Grita.

Nusatros cogen la carretera cara arriba, sin corré; pero moveban las piernas más aprisa que si mos habesen metiu coralé.

Yo, a’quellas alturas de la “película” aún no m’habeba enterau que dimonios estaba pasán.

—Pero..... ¿Qu’ha pasau, qu’ha pasau?—Pregunto pa ve si podeba cogé “la onda”.

—Éste…. qu’ha feito un reniego y l’ha sentiu la Pareja que estaba en la Cruz del
Parque.

Menos mal qu’el tiempo de los llatóns duraba poco y las zagalas podeban descansá de nusatros y tornaban a chugá a nego u a cualquier otra cosa que queresen fe chuntos zagals y zagalas.


                                                                                              Francho Chardiz