Coroneta

Coroneta
Una coroneta cortada per la mitá
COMO VEYÉ LOS ESCRITOS
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lunes, 12 de noviembre de 2012


Las  perlas del hortelano


Los güertos de la Fuente Llavá


Erase una vez fa muchos, muchos años; viviba en Estadilla un hortelano que se va fe famoso en to la comarca per los productos que criaba en el suyo güerto. Lo teniba en los que ñay en la Fuente Llavá.

Era muy güen home, muy treballadó y muy bondadoso. May va alardeá de lo que lograba sacá del suyo güerto. Dominaba como ninguno el suyo oficio y dedicaba a las suyas hortalizas y verduras toz los cariños y mimos qu’era capaz de da.

Tanto va sé así que en cada cebolla, la más humilde de las hortalizas que criaba, les creceba en dentro de to, en el mismo corazón....UNA PERLA. Hermosa, magnífica, sin mácula.

Ay! Pero... a to’l rededó del güerto; per las espuendas, per los caixeros de las cecllas, per toz los rincons, van empezá a salí barceros y malas yerbas qu’iban crecén y crecén tapanles el sol y la luz a’quellas maravillosas hortalizas. A las cebollas van i fénseles una capa y otra y otra a to’l rededó pa protegé la perla que cada una teniba en el interior, hasta que ya no van podé aguantá más y van tení que dixá de felas.

El hortelano lleno de tristeza al perdé la joya más preciada del suyo güerto, no va lográ soportalo y se va morí de pena.

Per ixo, desde entonces, cada vez que cortán una cebolla, mos fa pllora en memoria d’aquel hortelano qu’un día va fe qu’ella, la humilde cebolla, habese siu el más maravilloso tesoro que habeba lograu creá.


Una humilde cebolla


                                                                                  Francho Chardiz

viernes, 19 de octubre de 2012

Las Coronetas y La virgen de La Carrodilla. 2ª Parte. Por Heracli Astudillo

Esta es la segunda parte del trabajo que ha realizando el profesor de la Universidad de Lérida Don Heracli Astudillo Pombo, sobre La Virgen de La Carrodilla y las Coronetas. Se trata de un artículo más técnico sobre la formación de estos fósiles (eso son las coronetas); pero sin "perder de vista" nuestras costumbres y creencias tradicionales.

sábado, 15 de septiembre de 2012





Soneto a la Virgen de la Carrodilla

 

Allá alto al cabo de las sierras

está la Virgen de la Carrodilla.

Le tenín mucha fe los d’Estadilla

pa que mos proteja de las desferras

 

Siglos fa que aquí se la venera,

siempre, con mucha ilusión la tendrén;

su sostén y su apoyo sentirén,

de nuestra alma será compañera.

 

Los Viernes de Dolós fen Romería,

mos dan pan y judías con bacalau.

Ixe día é de gran alegría.

 

Creyentes con no creyentes fan costau,

y a la Virgen buscarán de guía

en momentos qu’uno esté desolau.

 

 

                                               Francho Chardiz

 

 

lunes, 10 de septiembre de 2012


 


Soneto a la Desesperanza en Baixo Ribagorzano

 

La desesperanza no é amiga

de solucionns que seigan razonables,

antes encontrará otros culpables

din que toda la maldá la castiga

 

Tiene el frio en la suya alma,

los mals profundos en ísene tardan.

Las mentes valientes no s’acobardan,

luchan sin tregua pa’ncontrá la calma

 

No se sabe muy ben per don ha llegau,

con mil brazos al corazón s’engancha,

fa sufrí con un doló atormentau

 

El triunfo vendrá como una lanza,

cuan puedan torná a cambiá ixe lau

per una fuerza llena d’esperanza

 

 

                               Francho Chardiz

viernes, 10 de agosto de 2012

Las Coronetas y La virgen de La Carrodilla. Por Heracli Astudillo

Primera parte del trabajo que está realizando el profesor de la Universidad de Lérida Don Heracli Astudillo Pombo, sobre La Virgen de La Carrodilla y las Coronetas. La segunda parte que tiene prevista realizar, según me ha comunicado, tendrá una concepción más "técnica" para explicar la verdadera naturaleza geológica de las coronetas.

lunes, 6 de agosto de 2012


El prestamista y el diablo





No fa muchos días va sentí un cuento que me va impresioná. É una historia tan  viva, tan actual, que l’he queriu conpartí con toz vusatros y vusatras. Dice así:

Érase una vez, en un llugá cualquiera del nuestro mundo, en que viviba un home que se dedicaba a dixá dinés a la chen que los necesitase, cobranles unos intereses prou altos. Era lo que to’l mundo conoce como un prestamista.

Los tiempos que correban eran malos, de miseria muy gran. Muchos teniban que recurrí a él pa podé seguí vivín y con la’speranza que cuan tenisen que torná los dinés, la situación habese millorau.

Solo dixaba dinés a’quellos que tenisen tierras, casas u posesions con que avalá el préstamo; pero siempre daba menos cantidá de lo que en realidá valeban las propiedades.

Van sé muchos los qu’a la hora de torná la deuda no habeban podiu reuní los dinés que les feban falta. Total, qu’aquel home se quedaba con to lo que la pobre chen habeba dixau como prenda del préstamo.

Así va sé como su patrimonio y las suyas riquezas iban crecén sin pará. Se v’aprovechá tamé de la miseria del momento pa contratá a muchos jornaleros pa treballá en las tierras y en las industrias qu’habeba conseguiu d’esta manera, y paganles solo con la comida de cada día y un rinconé pa dormí en la “pallereta”.

Teniba muchismos dinés; pero era un home insaciable, y per ixo, va convocá al diablo pa podé aumentá las suyas riquezas, el suyo poder y alcanzá honor y gloria en el mundo que viviba.

Se van encontrá encima d’un picacho desde don se dominaba gran parte de sus posesions, y le va di al diablo:

            —Dame más riquezas, más poder, honor y gloria y te daré mi alma.

            —No hay trato—Le contesta el dimonio.

            —Pero bueno..., tu tan poderoso, ¿No quieres darme más riquezas, más poder, honor y gloria a cambio de mi alma para toda la eternidad?

            —No hay trato.



Como aquel home habeba mandau siempre a to’l mundo sin que ninguno s’atrevese a desobedecele, se va’nfurecé, y metense tieso le va di:



            —Si no quieres darme más riquezas, más poder, honor y gloria a cambio de mi alma, es que ya no eres tan poderoso.

            —Mira..., no hay trato, porque tu alma, hace tiempo que ya es mía.









                                                                                              Francho Chardiz

sábado, 19 de mayo de 2012

La inocencia y el esgarro


La inocencia y el esgarro


Un llatonero en invierno. Como en este tiempo no tiene hojas, se vei muy ven el cielo pllomizo que feba ixe día



Mira que son raros los grans. No se sabe, ben, ben como entendelos. Contino están: no feigas esto, no feigas aquello; ves per aquí, no veigas per allá. ¡Cauen!, podrían dixame tranquilo alguna vez. A más siempre con ixa cara seria, que paece que no les han pagau. Hoy mismo.... ¡Ya verás tú!,encima que casi m’estricallo, acabaré el día castigau sin podé salí a chugá en toda la tarde, y espera que no me caiga alguna zurra. ¡Si lo veigo vení!. Lo milló que me pue pasá é qu’esté el yayo deván cuan veigan to’l pastel. De toda la familia é el único aliau que tiengo.



Voy subín la’scalera con la mano detrás, tapanme la culera. Entro en la cocina y sin dame la güelta, me sento a la mesa pa comé. Mamá está achocada en el fogaril, entre medio de los pucheros, acabán de fe la comida. Rosana en la recocina, fregán el vajillero del guisote.



                —Viens muy pronto hoy. ¿Qué cosa?. Aún no han baldiau.

                —No, nada, que s’en han iu toz a comé y m’he quedau solo.

                —¿Qué t’has quedau solo tan pronto? ¿Y na más llegá te sentas a la mesa cuan otros días das más güeltas qu’un ventiladó antes de felo.....?. Mmmmm, ya verás como algo saldrá.



(¡Jolín con mi mare! Paece como si tenise antenas)



                —Mientras baixa tu agüelo del miradó y acabo de fe la comida, coge el purrón y baixa a la bodega a llenalo.

Pinochas colgadas en un balcón pa secase. Así después s'esgranarán milló


El yayo está’sgranán panizo con la cerrolla en el miradó. Cuan aún fa güen tiempo, coge la silleta de fe la comida de deván del fogaril (é baixeta y se llega milló a los pucheros), s’en sube ent’alto y sentau con una colchoneta y la cerrolla debaixo, va’sgranán las pinochas poco a poco. El grano cae en un capazo y los zuros se dixan en un motón pa quemá en la’stufa pa’l invierno. Cuan el tiempo empeora, esta faena la fa en la cocina. Él ya no v’al monte. S’ha feito un poqué viejé y fa faenas per casa u los corrals de poca monta; como desgraná panizo, descoscá almendras, da de comé a las gallinas, recoge los güegos y cosas así.



El yayo y yo mos llevan muy ben. Si estoy malo en la cama, se está muchas horas sentau en el cuarto fenme compañía y contanme cuentos (Se vei que se los inventa, perque cuan le digo que me torne a contá alguno d’otro día, s’entrafuca y los mezclla con otros). Tamé me conta muchas historias qu’ha viviu él u d’algún conociu. Cuan estoy castigau y no puedo salí a chugá intenta que me llevanten el castigo y si no le fan caso, s’está con yo contanme cosas, u chugán con la baraixa al “tonto’l loré”. Yo como lo quiero mucho, le doy muchas abrazadas y a más como veigo qu’ixo le gusta, aún l’en doy más.



                —Que veiga Rosana, que yo me puedo caé per las escaleras y después to serán llamentos.

                —¡Ñalo, qué veiga Rosana!. Y él to’spatarrau sin fe nada, na más que i a chugá.

                —Veeeenga Martín, coge el purrón que tu’rmana ha’stau ayudanme to’l maitino y baixa las escaleras con mucho tiento que ya’s prou gran pa i a la bodega. Y mira que no te dixes el grifo’l tonel abierto.

Pinochas
Este nombre me trai a la memoria una curiosidá que no tiene nada que ve con el escrito que ñai aquí . Tos conto.
En un chuego de cartas que se llama POKER. (Muchos ya lo conocez), existe una figura en el desarrollo del chuego que se llama "FAROL". Consiste en fe un envite de perras un poqué alta, sin tení una chugada güena. Se fa pa que los otros chugados se pensen que sí tiens buenas cartas y se retiren. (Unas veces sale ben y otras sale mal. Así é el POKER).
Pos güeno, ñai en algún sitio del mundo, que a esta figura se le llama "PINOCHA".
La razón viene del cuento de Pinocho que le creceba la nariz cuan diba una mentira. Pos güeno, PINOCHA é la parte femenina de PINOCHO.


Rosana tiene 17 años y ayuda a mamá p’el maitino en las faenas de casa y per la tarde va a’prendé de modista. Na más fa que pensá en los mozos—¿Qué si he visto a fulano?—¿Qué si he visto a zutano?—¿Qué en don?—¿Qué que feban?. He tonta de remate. Ya tos digo...., solo pensa en pantalons. Pero yo creigo, que en el qué más pensa é en Rafel, perque siempre me manda que veiga per la calle La Iglesia, qu’é’n don vive, y l’esplique si lo he visto y qu’estaba fen. Estas criajas que se creen mullés, solo tienen “la cabeza a pájaros”, qu’he sentiu que dicen los grans.



                —¿Per qué caminas de reculas? No veis qu’entrepuzarás y romperás el purrón.

                —Noooo. No me cairé. Es qu’en empezau a fe unos ejercicios d’orientación en la’scuela y uno consiste en caminá de reculas. Lo foi prou ben.

                —¡Ja! Ejercicios de orientación..... Ya’stoy tremolán con lo que m’estás amagán.



Mi mare, no é que seiga muy mala con yo, solo un poco gritadera; pero tiene un no sé qué, qu’antes de que buf’el aire, ya sabe de don vendrá. Y claro, a pagalo siempre Martín. Cualquier cosa que pase: Martín ha siu. Hombre, alguna vez tienen razón. No é que seiga ningún santo, lo reconozco; pero pago yo más d’una vez, per culpa d’otros. Cuan alguno fa una trastada..... como yo’sté per allí cerca, to’l mundo dirá: Martín ha siu. Güeno, pa to’l mundo no, ¡¡Pa’l yayo seguro que no!!



Yo tiengo 7 años, y he sentiu di que va nacé de rebote, cuan ya pensaban que s’habeba cerrau el grifo. No sé que quieren di cuan hablan d’esto, perque siempre lo fan cuan pensan que no los escucho. Seguro que sería, que cuan van abrí el paquete en que veniba yo de la tienda, me caería al suelo y rebotaría como una pilota. Si va sé así, no me faría mucho mal, perque no m’acordo.



                —Viene aquí, que te quiero ve.

                —Ahora no, después, que tiengo que i a buscá el vino.

                —¡Qué viengas te digo!



El yayo acaba de baixá del miradó pa comé. Papa el tío Pablé y mi’rmano, s’han llevau l’alforcha y no vendrán hasta la noche. Están preparán las tierras pa la sementera. Papá y el tío Pablé son hermanos y hijos del yayo. El tío Pablé é soltero y poca pinta tiene de que ixo veiga a cambiá. Mai se l’ha conociu una novia. Mi’rmano tiene 20 años y y’ha’ntrau en quintas.

Los crios siempre han sentiu atracción per subísene a los arbols.
En esta foto, que aunque no se aprecie muy ben, son tres zagaletas las que s'en han subiu a uno.
Aunque no era frecuente que ellas subisen, estaban "las garzas" que lo feban. (Este nombre les ne meteban los grans a las zagalas que quereban chugá a fe cosas como los zagals. Y ixo casi, casi era un pecau. Pobrachas, no podé esteriorizá las suyas ganas de "sé", per condicionamientos del entorno)


                —¡Si ya me lo imaginaba! Menudo esgarro llevas en la culera. ¡Es que no ganán pa remediá los estropicios que fas!

                —Mamá, mamá, espera que te conto. Per poco me mato. Estaba coguén llatons, alto d’el árbol, se m’ha rompiu un camal y he caiu al suelo. Menos mal que s’ha’nganchau el pantalón en un brochanco y m’ha salvau la vida al amortiguá el batacazo.

                —No, si encim’aún dirás qu’has teniu suerte. ¡Que narices tenibas que fe tú, un crío tan chicó, encima d’un llatonero!. Mos vas a matá a disgustos.

                —Trini, Trini..., au tranquilizate—Le dice el yayo a mamá pa calmala—qu’aún hubiese podiu sé peor si se rompe un brazo u una pierna. Total, se cuse el pantalón y to arreglau.

—Pos esta tarde, mientras te cuso el pantalón, te quedarás en casa en canzoncillos. ¿Per qué no querrás metete el pantalón de los domingos? Otro no’n tiens pas.



Güeno, menos mal, por lo menos m’he salvau de las zurras. Los zagals que tienen hermanos, más u menos de la suya edá, pueden heredá la ropa de los otros u intercambiásela; pero como el mio é muy gran, no tiengo pantalón de repuesto.



El yayo después de comé s’en sube otra vez al miradó, a seguí’sgranán panizo. Yo, m’en subo con él a fele compañía. Como no puedo salí a chugá.....

Dicotomía: árbol - niño


                —Yayo, sabe que le digo, que no quiero feme gran. La vida de los grans é muy aburrida, siempre están enfadaus y casi no saben ni reí.



El yayo me posa la mano encima de la cabeza, m’esturrufa los pelos y sonreín, me dice:



—Martín, a la inocencia, siempre acaba fensele algún esgarro con el tiempo.









                                                                                                              Francho chardiz

martes, 7 de febrero de 2012

Los Alfareros. Artesania en estado puro



Este escrito solo tiene valor pa yo, perque siempre he sentiu cosquilletas pa conocé más cosas d’este oficio; pero güeno, tamé servirá pa los que tiengan ixa misma curiosidá. Los que no la tiengaz, milló que no lo leigaz pas, perque tos resultará aburriu y “paliza”.


Una imagen perfecta pa ilustrá el principio d'esta historia.
É la foto d'un tellau a la que yo le veigo mucha fuerza plástica. La va fe el Cafetero


Hasta no fa muchos años, la vida en los pueblos estaba condicionada per una serie de circunstancias que las feba muy distintas a hoy. De todas, que ñay muchas, quizá una é fundamental. Me refiero a los despllazamientos d’un llugá a otro. Pa i d’Estadilla a Barbastro con bajes y carro ñabeba que contá p’encima de las 5 horas entre ida y güelta, y no digán pa i a Güesca, que se necesitaba un día pa i y otro pa torná.



To esto esplica, chunto con otras circunstancias, que dentro de cada pueblo ñabese una serie d’oficios que solucionaban las necesidades de cada comunidá. Ñabeba alpargateros, zapateros remendons, ferreros, cesteros, guarnicioneros, esquiladós, modistas, bordadoras y un llargo etcétera más. Casi toz treballaban dentro del pueblo, unos a la vista de to’l mundo como los cesteros u los alpargateros y otros en dentro de las casas, como las modistas u los sastres. Pero ñabeba algunos que la suya faena la feban más lejos del pueblo, como los cheseros, los picapedreros, los alfareros y algunos otros.



Ha siu la faena d’Alfarero, la qu’a yo, y tamé a otros críos, mos daba una sensación de treballo difícil, duro y como de misterio. Si mon iban a chugá p’el Terrero u a las covetas de Pepón u de Galicha, veyebas aquellas tenderillas de tellas metidas a secá al sol preparanlas pa cocé. Tamé veyebas a los amos del Tellá que pisaban y pisaban lo mismo que si’stasen en una pisadera d’ugas; pero aquí lo que pisaban era bardo. Y lo que más mos llamaba l’atención era aquella tremenda fumerra, que lo mismo saliba negra como’l carbón que bllanca como la nieve. Sin embargo, lo más espectacular de to, nunca lo va ve; pero me l’han contau. Cuan se feba “la fornada”, a la noche, per alto de to, se veyeba ruciente como si fuese la boca del infierno.



Como toz estos recuerdo los tiengo un poco dispersos en la memoria, y a más ignoro tantas cosas d’este treballo, va recurrí a la Familia de Casa’l Churau pa que m’ayudasen a ordená ixos recuerdos y m’esplicasen un poco to’l proceso que yo desconoceba. Ellos van sé los últimos Alfareros d’Estadilla.



Voy a intentá fe un resumen de to lo que me van contá, que va sé mucho y lo van fe con to clase de detalles. Va sé una hora y media llarga la que va’stá escuchanlos hablá del Tellá y del proceso pa fe las tellas. Me va resultá apasionante.


Una estampa ben maja que va captá el Cafetero de Val, cuan los sembraus verdeaban.
He queriu metela perque allá al otro lau, ya tocán a la ladera de la montaña, estaba el Tellá del Paso Aguinaliu de Casa Mamago. Y ixas franchas que se veyen, son el Salagón. Esta zona era prou güena pa sacalo


Los suyos antepasaus en teniban uno en Estada y dos ramas d’ixa familia se van establecé en Estadilla y van montá dos tellás. Uno en el Paso Aguinaliu, al otro lau del barranco Mazas. Era la familia de Casa Mamago. El otro debaixo del Terrero, era la familia de Casa l’Alfarero.



Se van instalá en estos dos llugás perque teniban cerca la “materia prima”. Se llama Salagón y é un tipo de arcilla mezcllada con otros componentes que la fan adecuada pa fe tellas. Después de cociu, este material qu’é fácil de moldeá, resulta resistente a los cambios de temperatura y é impermeable.



En el Terrero se presenta en franchas (estratos) y pa sacalo ñabeba que desescombrá muy ben, dixanlo a la vista. S’iban sacán a trozos, que son duros como si fuesen piedras. Estos trozos en contacto con el aigua se desfán, pa ixo se meteban en un pilón u poza que la contenise y s’iban moven con tochos llargos pa que se mezcllasen ben el Salagón y el aigua, fense bardo. Pero lo más curioso era qu’antes de metelos en dentro del pilón con el aigua, teniban qu’está muy secos ixos trozos.



En el suelo, a’lau del pilón, se meteban espuertas viejas de las desechadas per la fábrica d’aceite u tamé sacos d’esparto, y s’iba sacán ent’allí el bardo. Entonces se pisaba y pisaba con los peus descalzos u ben con alpargatas viejas pa “maceralo”, añadinle si feba falta, Salagón seco y desmenuzau hasta alcanzá el punto justo pa moldeá las tellas. Este punto solo los muy entendius lo apreciaban. Mientras se pisaba, ñabeba que sacá los zaborros q’habesen quedau sin desfé u cualquier piedreta caliza que s’habese quedau mezcllada. A cada una que no se veyese.... tella rompida al cocela. Dilatan más y las feban esplotá.



Esta operación de macerá el bardo no alcanzaba con una sola vez pa llená to una fornada, entonces ñabeba que repetila varias veces. A cada una se le llamaba “Mudada”.



Se posaba una mesa al lau de don estaba el bardo macerau y con una plantilla (más estrecha en una punta y más ancha per la otra) iban fen el trozo pllano del bardo que sería la tella. Entonces, con un molde de madera, que se llama “Corba” se le daba la forma redondeada. S’iban dixán en el suelo en ringleras muy llargas pa que s’isen secán al sol. Éste era uno de los momentos en don s’apreciaba los conocimientos del oficio, al sabé cual era’l punto esacto de consistencia del bardo como he dicho avans, perque al dixala tierna en el suelo no se teniba qu’afundí  p’el medio. El tení que secase al sol antes de metelas en el forno, feba que solo se treballase en verano. Cuan estaba to esta tenderilla en el suelo y veniba una tronada, podez imaginatos las carreras que ñabeba que pegá pa protegelas. Más d’una vez no se van podé salvá todas. Si se feba alguna fornada en invierno, eran tellas secas almacenadas del verano.


Muchismos de los tellaus que se veyen desde la Peña del Castillo d'Estadilla, la suya "fábrica", va se alguno de los Tellás que se nombran en esta historia. A más, allá al fondo se vei el Terrero y debaixo aún está el Tellá de Casa l'Alfarero; pero fa tiempos que no treballa.


Hast’aquí la primera fase de preparación del material pa cocé. Ahora hablaré de la fornada.



Esplicanlo de forma rápida, el forno era un cubo que per alto estaba abierto al cielo y per debaix se feba el fuego. La leña se meteba per un forau abierto abaixo enta devan, no muy gran. Pa separá el fuego del material a cocé, ñabeba unos arcos con un suelo encima to d’adobas qu’estaban separadas entre sí, pa que podese pasá el fuego enta dentro del forno. Lo primero que se meteba encima de esta base eran piedras calizas, que recibiban el impacto directo de las fllamas. Las primeras en posá eran las más gordas pa i tapán los foraus d’entre las adobas, después s'iban metén de más chicotas igualanlo to hasta formá una pllataforma completamente pllana. Estas piedras después de cocidas é lo que se llama “cal viva”.



A continuación se colocaba una capa de ladrillos macizos (maons) pa cocese y ya’ncima, las tellas drechas una pegada a la otra hasta la paré d’enfrete. Después otra fila en distinta dirección y así se feba la primera capa de tellas, sin ningún tipo de simetría en las filas. Una vez completada la capa, ñabeba que “calzalas” con trozos viejos pa que no se movesen. Encima otra capa que no coincidise la dirección con las de debaixo. D’esta forma el fumo y la caló pasase milló, hasta salí per alto. Cuan ya’staba el forno lleno, per to la parte d’encima, se tapaba con trozos de tellas viejas y rompidas, cerranlo lo milló posible.


He podiu enterame que cuan se van fe las escuelas, van está treballán los dos Tellás que nombro en este escrito pa fe el tellau.
Foto feita p'el Cafetero.


En una fornada cabeban 4.500 tellas. To lo que conto se refiere al Tellá del Terrero.



Cuan ya’staba to preparau pa’mpezá la fornada, s’enceba el fuego pronto p’el maitino. La leña que s’usaba teniba que fe mucha fllama y per ixo, el principal combustible era el romero qu’a más é abundante per la sierra. El fuego se manteniba a to meté hasta’l final de la tarde (unas 12 u 14 horas seguidas). En ningún momento teniba que baixá la intensidá de las fllamas. Durante este tiempo ñabeba momentos muy peligrosos al meté p’el forau una brazada de leña, perque podeba revocá una fllamarada enta fuera y abrasá al qu’estase deván. Tamé era en esta fase de la cocción cuan saliba una fumerra tremenda. Unas veces era muy negra, cuan se meteba el faixo de los romeros y empezaban a quemá y otras era bllanca cuan las fllamas per abaixo eran más limpias y saliba solo el vapor d’aigua que llevaban las tellas. Después de estas 12 u 14 horas, la leña se meteba menos seguida, más espaciada.



A media tarde, antes de baixá la intensidá del fuego, se teniba que “sellá” la parte d’alto del forno. Este sellau se feba con “cocas de bardo”. Se cogeban to pllanas con una mano y s’escllafaban entre los cascotes que cerraban el forno. Como estos empllastes de bardo s’iban cocén, s’encogeban y ñabeba qu’i-ne metén más. Esta operación se feba pa que la caló se mantenise milló en dentro y s’unificase la temperatura per toz los rincons del forno.



Era tan tremenda la presión que se generaba en dentro, que ñabeba que posá estampidós p’aguantá la paré de deván, y ixo qu’era paré doble.



 Al llegá la noche se teniba que seguí fen fuego y era entonces, al desaparecé la luz del día, cuan el Tellá alcanzaba su belleza máxima. Se veyeba to ruciente y el resplandó daba a la noche una estampa mágica. (Perdonaz este momento de debilidá mío, al convertí una fase d’este treballo tan duro de los Alfareros, en una bella imagen).



El tiempo que se necesitaba fen fuego p’acabá la fornada era de día y medio (unas 36 horas), y sabeban cuan estaban cocidas las tellas per la ceniza que quedaba encima del forno. Solo los muy esperimentaus llegaban a distinguí la “calidá” d’esta ceniza pa meté punto final a la fornada. L’habeban aprendiu a base de muchos años en el oficio. Entonces se dixaba de meté leña, se tapaba el forau per don s’estaba fenlo, dixanle una gatera pa que respirase el forno y s’esperaba otro día y medio pa que s’ise enfrián y podé i sacán las tellas. Esto d’enfriase é una forma d’hablá, perque aún esperán ixe tiempo, seguiban salín quemán, sobre to las capas d’alto.


Güeno, ya pa acabá voy a meté esta foto que simboliza un poco el fin que les espera a las tellas de artesanía, aunque ben é verdá, que dentro de mil años se seguirán trobán tellas en cualquier rincón del mundo. Aunque los edificios que  protegeban s'haigan caiu, ellas son más resistentes que los tiempos.
Foto feita per Xavier Bayle


Güeno, aquí voy a meté punto final al escrito y quiero recordá, que lo que conto é solo un resumen muy reduciu de la tremenda faenada qu’era sé Alfarero. No he hablau del abastecimiento de las cargas y cargas de romero que se necesitaban, ni del aigua que ñabeba qu’acarreá desde el pueblo con el carro y un tonel encima, ni de los problemas que teniban con la tremenda caló qu’a veces se “derretiban hasta las piedras”.... ¡Pero literalmente!. Y mil cosas más que farían “la historia interminable”.



Ojalá si alguno tenibaz la curiosidá como yo, de conocé un poco milló el mundo tan apasionante d’estos Artesanos, tos pueda serví el mío escrito. Tamé quiero agradecé a los últimos Alfareros d’Estadilla, el tiempo que me van dedicá esplicanlo to con tanto detalle.





                                                                                              Francho Chardiz